“Los hombres de campo sabemos de estas circunstancias. Hay que ponerle el pecho y demostrar que seguimos siendo el motor del país pese a las dificultades”, expresó el presidente de SRJM, Luis Magliano.
Con más de 2,4 millones de hectáreas bajo el agua, las provincias afectadas por las inundaciones se encuentran en una situación crítica en lo que se refiere a la producción agrícola y stock de ganado bovino. Sucede que durante esta semana, las intensas precipitaciones continuaron azotando a muchas regiones con acumulados que superan los 100 milímetros.
Dentro de lo que es la agricultura, los pronósticos no son muy alentadores. Según señalan los informes meteorológicos, la inestabilidad climática continuará en el norte de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Chaco y la zona núcleo (sur de Córdoba y norte de Buenos Aires). Tales regiones son las provincias que más están padeciendo esta situación.
“Los hombres de campo sabemos de estas circunstancias. Hay que ponerle el pecho y demostrar que seguimos siendo el motor del país pese a las dificultades”, expresó el presidente de SRJM, Luis Magliano, en solidaridad con los productores agropecuarios afectados.
ZONA NÚCLEO
Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en lo que va de enero, se generaron precipitaciones con picos de 270 milímetros en la región núcleo. Rosario, en tanto, ya tiene acumulados 270 milímetros y Bell Ville 257 milímetros.
Estas lluvias provocaron que en soja aumentara la condición regular a mala. “Las oleaginosas que están regulares a malas pasaron de un 22 a un 25% y las sojas de segunda están con mayores problemas, con un 30% en estas condiciones. Los productores tienen muchas dudas para avanzar con la siembra”, manifestaron desde la entidad rosarina.
ENTRE RÍOS
Desde las Rurales entrerrianas, también se traza un panorama crítico. Hay zonas donde llovieron cerca de 500 milímetros en lo que va de enero y se calculan pérdidas incalculables en cultivos y ganadería.
Sin ir más lejos, el corredor del Gualeguay -principal curso de la región mediterránea de la provincia- se encuentra inundado por el desborde del río que ha afectado a lo largo de unos 375 kilómetros unas 200.000 hectáreas, donde se realizan actividades ganaderas y agrícolas.
SANTA FE
A través de un decreto firmado por el gobernador Miguel Lifschit, el gobierno de la provincia de Santa Fe declaró “zona de desastre agropecuario” desde el 1 de enero de 2019 hasta el 31 de agosto de 2019 a todas las explotaciones agropecuarias afectadas por los excesos de precipitaciones y anegamientos que se encuentren ubicadas en los distritos de los departamentos 9 de Julio, Vera y General Obligado, como así también a las que se encuentran ubicadas en los distritos de Romang y Colonia Durán pertenecientes al departamento San Javier.
COMUNICADO DE LA COMISIÓN DE ENLACE DE ENTIDADES AGROPECUARIAS 2008
“Los integrantes de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias 2008, Luciano Miguens, Eduardo Buzzi, Mario Llambías, Carlos Garetto y Hugo Luis Biolcati expresan su más honda preocupación y solidaridad con los productores, trabajadores rurales y sus familias, así como con todos los ciudadanos castigados por las graves inundaciones que azotan gran parte de las provincias del Norte argentino y que amenazan con extenderse a otras regiones del país.
Una vez más el campo argentino y su producción se encuentra en jaque por fenómenos climáticos extremos. El año pasado una sequía con escasos precedentes provocó estragos en la zona núcleo, afectando gravemente la producción. Este año, el exceso de lluvias que en poco más de un mes han superado la marca anual en varias provincias del país, no sólo ha dañado cultivos sino que impide los procesos normales de siembra y cosecha en amplias regiones productivas. Y lo más grave de todo: amenaza la seguridad, integridad y bienestar de familias y poblaciones enteras.
Más allá de lo impredecible y virulento de los fenómenos naturales extremos, que sin duda se han vuelto más recurrentes en los últimos años, esta emergencia ha desnudado una vez más las ineficiencias de los tres niveles del Estado para planificar, ejecutar y coordinar obras de infraestructura o mantener las existentes. Se trata de omisiones y negligencias graves que no sólo dañan la producción sino que, incluso, ha costado vidas humanas.
Es por eso que exhortamos a las autoridades nacionales, provinciales y municipales a instrumentar las acciones de emergencia necesarias para atender las necesidades urgentes de las personas damnificadas e implementar las medidas necesarias para paliar el impacto de las inundaciones en los productores y trabajadores rurales afectados”.