La mujer de 55 años da clases en Isla Larga, un paraje ubicado al norte de la Mar Chiquita. Cuando vuelve a su casa, Lita lo hace en medio de inundaciones y acompañada de su pequeño alumno Mateo.
Lita Saravia lleva seis años trabajando en escuelas del norte cordobés. La mujer de 55 años viaja desde su casa en San José de la Dormida hasta Isla Larga, al norte de la Laguna Mar Chiquita, para instalarse de lunes a viernes en la escuela Almirante Brown.
Allí les da clases a dos alumnos del paraje habitado por unas 30 personas: uno cursa cuarto grado, el otro sexto. El más pequeño, Mateo, recorre a pie o a caballo unos cinco kilómetros diarios para llegar hasta el cole. Los viernes vuelve junto a la seño Lita, cuando ella deja momentáneamente su segundo hogar.
La prima del menor va a buscarlos con dos caballos y regresan los tres juntos por los caminos de barro. «Estamos inundados en este lugar. Las últimas lluvias causaron mucho barro y no nos podemos mover en auto», afirmó la maestra.
«Es un lugar muy sacrificado. Encima hay muchos mosquitos, hay autoevacuados justamente por esto y el olor a humo es permanente, no hay otra forma de combatirlos», agrega. El paraje está ubicado a unos 40 kilómetros al oeste de La Rinconada, el pueblo que sufre una invasión de mosquitos.
Lita y los habitantes de Isla Larga se sienten olvidados y aislados. Además de no tener agua potable -y mucho menos gas natural- están rodeados de ripio: el asfalto más cercano está a 12 kilómetros y hay que trasladarse 70 kilómetros para tomarse un colectivo.
“ACÁ NO HAY TRABAJO Y CUESTA VIAJAR”
Acceder a los servicios básicos, como la salud, requiere un gran esfuerzo. Mateo, el alumno que regresa a casa con la docente, tiene una discapacidad intelectual y visual que debe ser tratada por profesionales en la ciudad de Córdoba.
«Pero acá no hay trabajo y cuesta viajar. La gente tiene sus animalitos, viven con muy poco. Encima, las lluvias y los mosquitos hicieron que se le complique cumplir con los turnos», explicó la maestra rural.
¿Qué necesitan? «De todo», contestó Lita con una risa tímida. «Cualquier ayuda que pueda llegar al paraje nos va a servir», añadió. El teléfono para ayudar a los habitantes de la zona: 03521-15434741 – Gentileza: Diego Dellatorre – El Doce.