En el marco de nuestra Campaña Forestar, implantamos más de 60 ejemplares en un establecimiento de Tulumba, que se dedica al turismo rural.
Aunque el señor Juan José Quinteros no es un productor agropecuario, su actividad está ligada directamente al campo. En la localidad de Tulumba, Juan José se dedica al turismo rural desde hace ya varios años.
Es interesante su historia de vida porque refleja lo que tanto hablamos y sucede en el interior del interior. Por el año 1950, su padre -nacido en Tulumba- debió emigrar a la “gran ciudad” -Buenos Aires-, en busca de mejores oportunidades laborales que la zona no ofrecía.
Pasó el tiempo y conoció a Blanca -oriunda de Villa Dolores, Córdoba-. Se casan y de esa unión nace un único hijo: Juan José Quinteros. La familia regresa a su Córdoba natal de vacaciones, y Juan José comienza a sentir apego por el norte de Córdoba.
Luego de la muerte de Quinteros Padre, Juan José toma la decisión de dejar Buenos Aires con su madre. Compra una parcela en Tulumba y hace realidad su sueño: la construcción de las “Cabañas del Camino Real”.
Juan José tiene hoy desarrollado ampliamente su emprendimiento en una zona alta, donde tiene unas fantásticas vistas de las sierras, ofrece alojamiento, comida típicas, artículos regionales, senderismo, cabalgatas y un hermoso y cuidado lugar.
En su predio encontramos bastante diversidad de nativas que cuida y tiene identificadas con carteles. Algunas de las especies que vimos son: tusca, tola tola, piquilín, cina cina, espinillo, variedad de cactáceas, tomillo serrano y pichana -ésta última, una variedad que los lugareños usan para fabricar escobas-.
En esta oportunidad, la SRJM colaboró con una plantación de enriquecimiento de bosque nativo, plantando 60 ejemplares, entre ellos quebracho blanco, algarrobo blanco, algarrobo negro, molle, tala y una arbustiva conocida como lagaña de perro.
Como siempre hacemos en cada lugar que visitamos, observamos la biodiversidad y su estado de conservación, y sugerimos acciones referidas a la mejora de estos espacios y a la preservación no sólo de lo nuevo implantado, sino de lo ya existente.
En este caso, hubo una recomendación especial para el cuidado del tomillo serrano, al tratarse de una especie que se desarrolla en terrenos pedregosos de nuestras sierras y tiene bajo requerimiento hídrico, entre otros aspectos. Asimismo, su población natural se ve excesivamente disminuida por sobre recolección, por lo que hay que proteger los sitios donde nace espontáneamente.
¡IMPORTANTE! Para que podamos seguir con nuestra Campaña Forestar -impulsada junto a la ONG “Un Árbol para Respirar”-, sólo tenés que asociarte a la Fundación haciendo click aquí www.atreetobreathe.org (con sólo $200, estás plantando un nuevo árbol en nuestro monte nativo).